Compré un décimo en una página web que parecía oficial, pero resultó ser un sitio fraudulento. Fue una experiencia amarga, y desde entonces solo compro en puntos de venta oficiales.
Evito compartir fotos de mis décimos en redes sociales, incluso si cubro parte del número. Esto puede ser utilizado por estafadores para intentar reclamar el premio.
Nunca hago clic en enlaces que llegan por SMS o correo electrónico anunciando premios de lotería. Prefiero verificar directamente en el sitio oficial de la lotería.
Desconfía de las campañas que prometen repartir el 100% de las donaciones sin gastos administrativos. Las organizaciones legítimas tienen costos operativos y suelen ser transparentes al respecto.
Hace tiempo mi tío fue estafado con un correo electrónico que decía que había ganado un premio compartido en la lotería de Navidad. Pagó un «impuesto», pero nunca recibió nada.
Alguien se acercó a mi puerta pidiendo donaciones para una organización benéfica navideña. Me conmovió tanto su historia que hice una donación en efectivo. Más tarde, vi un aviso de la policía alertando sobre estafas similares en mi zona.
Participé en un grupo de lotería con compañeros del trabajo. Resultó que el organizador nunca compró los décimos y se quedó con todo el dinero. Fue una gran decepción.
Recibí un correo de una supuesta organización internacional solicitando ayuda para regalar ropa de invierno a niños necesitados. Doné dinero, pero nunca recibí comprobantes ni información sobre cómo se usaría mi aportación.
Recibí una llamada diciendo que había ganado un premio en la lotería de Navidad, pero debía ingresar una cantidad para cubrir impuestos. Al investigar, me di cuenta de que nunca había comprado un décimo. Fue un fraude bien elaborado.
Creí haber ganado un premio al recibir un correo muy convincente. Me pedían pagar una pequeña cantidad para liberarlo. Perdí dinero y aprendí a ser más cauteloso.
Doné a una organización benéfica internacional que prometía apoyar la educación en comunidades desfavorecidas. Más tarde salió a la luz que el dinero se utilizaba para pagar servicios personales, incluyendo lujos innecesarios.
Infórmate sobre las metas de la organización y pide detalles sobre cómo usarán las donaciones. Si no pueden responder claramente, es una señal de alerta.
Fue devastador descubrir que una fundación que decía luchar contra la pobreza infantil desviaba los fondos para actividades personales y lujos de sus directivos.
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