Un servidor de fans que parecía un espacio para compartir intereses comunes resultó ser un lugar donde los moderadores ejercían un control excesivo sobre los miembros. Cuando me negué a participar en un evento que requería una «donación obligatoria», fui expulsado sin previo aviso. Poco después, mis mensajes fueron utilizados para hacer bromas ofensivas en otros canales, y un grupo de usuarios comenzó a enviarme mensajes intimidantes en privado. Esto no solo arruinó mi experiencia en Discord, sino que también afectó mi confianza en comunidades similares.