Un servidor de apoyo emocional para jóvenes resultó ser un espacio peligroso donde los administradores explotaban la vulnerabilidad de los miembros. Compartí mis experiencias esperando empatía y comprensión, pero descubrí que algunos administradores utilizaban la información personal que los usuarios confiaban para manipularlos emocionalmente y pedirles favores. Cuando intenté exponer esta conducta en un canal público, fui inmediatamente bloqueado y expulsado. El daño emocional fue significativo, ya que sentí que habían abusado de mi confianza en un momento de necesidad, dejándome más vulnerable que antes.
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