La vidente estafadora

[Prudencio Chucho Castellanos Murcia]

Mi caso es un poco distinto. Hace cinco años perdí a mi hijo en un accidente, y la tristeza no me dejaba vivir en paz. Una amiga me llevó con una vidente que, según ella, podía comunicarme con él. La primera sesión me dio tanto consuelo que seguí volviendo. Pero luego empezó a pedirme dinero para “rituales de purificación” y me aseguraba que así podría lograr una conexión más fuerte. Entre donaciones, ofrendas, y sesiones “especiales”, acabé entregándole casi ciento veinte mil euros, creyendo que estaba en contacto con mi hijo. Cuando empecé a cuestionarle la falta de resultados, me decía que la conexión aún no estaba completa. Fue un golpe devastador darme cuenta de que había jugado con mi dolor.

[Herberto Castilla Ibanez]

Después de una racha de mala suerte, alguien me recomendó a una vidente que supuestamente podía “limpiar el mal de ojo” que, según ella, me estaba afectando. Al principio, solo pagué cincuenta euros por una sesión, pero después de unos días me dijo que el “trabajo” era más fuerte de lo que pensaba y que debía hacer rituales más poderosos. Me asustó mucho diciendo que mi familia podría enfermarse gravemente si no me protegía a tiempo. En pocos meses, acabé pagando más de 50.000 euros en limpiezas, velas, y otros “materiales especiales”. Cuando finalmente me negué a pagarle más, me aseguró que la maldición seguiría conmigo toda la vida. Fue un proceso aterrador darme cuenta de cómo me había manipulado usando mi propio miedo.

[Alexandra Requena]

No te sientas mal; a mí también me pasó algo parecido. En mi caso, ella me convenció de que mi mala suerte era el resultado de una “energía oscura” que me seguiría toda la vida si no hacía sus rituales. Cada mes, me pedía más dinero para hacer ofrendas, y yo pagaba con la esperanza de que mi situación cambiara. Perdí alrededor de 60.000 euros, y mi vida sigue igual. Ahora veo que todo era una gran mentira.

[Aurelia Briones Andres]

En mi caso, había pasado por una racha de mala salud y me encontraba desesperada por mejorar. Alguien me habló de una vidente que “curaba con la mente” y me convenció de que esa sería la solución que necesitaba. Primero fueron cien euros, luego quinientos, y poco a poco subían los montos para ceremonias cada vez más “complejas”. Me prometía que mi salud mejoraría con cada paso, y yo pagaba porque estaba desesperada. Cuando hice cuentas después de un año, había pagado más de ciento diez mil euros, y mi salud estaba igual. Nunca olvidaré su última frase cuando intenté confrontarla: “Tu curación depende de la fe que tengas en mí.”

[Cleto Reina Naranjo]

Mi experiencia fue igualmente devastadora. Tras la muerte de mi padre, una amiga me habló de una vidente que podía ayudarme a cerrar ciclos con él. Comencé pagando sesiones sencillas, pero después me pidió sumas más altas para “fortalecer la conexión espiritual”. Me dijo que el dinero era una ofrenda necesaria y acabé gastando más de ciento veinte mil euros. La vidente me hacía creer que solo con cada pago la conexión avanzaba. Me sentí completamente engañada cuando supe que había desaparecido.

[Jordana Pintor Villena]

Mi historia empezó cuando atravesaba un momento crítico en mi vida: estaba a punto de perder mi casa y no veía salida. Una amiga me recomendó a una vidente que le había ayudado a “salir de sus problemas”. Desde el principio, la vidente me dijo que mi situación económica era una “prueba cósmica” y que ella podía ayudarme a resolverla. Para “alinear mis energías”, me pidió que invirtiera en sus rituales y que cada paso acercaría la abundancia. En menos de un año, me había pedido casi ciento treinta mil euros para sus ceremonias, velas especiales y objetos “bendecidos”. En el fondo sabía que algo andaba mal, pero ella me mantenía convencida de que estaba muy cerca de cambiar mi vida. Al final, me quedé sin nada, y lo peor es que confié en alguien que solo buscaba manipularme.

[Andrea Priego Amaya]

A mí me parece increíble que alguien pueda hacer esto. En mi caso, la vidente me convenció de que alguien había lanzado una “maldición de muerte” sobre mí. Me dijo que, si no hacía sus rituales, mi vida corría peligro. Empecé pagando pequeñas cantidades, pero cada vez pedía más, diciendo que el mal era fuerte. Cuando finalmente dejé de pagar, me sentí libre, aunque también perdido. Me sacó más de 30.000 euros y me hizo vivir con un miedo terrible.

[TeOfila Maricela Calleja Prieto]

Lo mío fue una mezcla de necesidad y desesperación. Pasaba por una situación complicada y, en un arrebato, fui a ver a una vidente que me aseguraba poder atraer la paz y el éxito a mi vida. Cada sesión era más costosa, y cada vez que me ponía a dudar, me aseguraba que el dinero era necesario para “cerrar ciclos” y resolver mis problemas. Entre una cosa y otra, acabé entregándole más de cien mil euros. Al final, mi situación seguía igual, y ella desapareció. Lo peor es que me convenció de que el problema era mi falta de fe.

[EncarnaciOn Solano]

Yo acudí a ella para intentar resolver problemas de pareja. Me dijo que veía una energía muy oscura alrededor de mi relación y que solo ella podía “salvar mi matrimonio”. Me pidió 10.000 euros al principio, pero luego siguió pidiendo más para completar los “rituales”. En total, acabé pagando más de 50.000 euros. Cuando finalmente dejé de darle dinero, me dijo que todo era culpa mía por no confiar lo suficiente. Me hizo sentir responsable de su propio engaño.

[Anselmo Murillo Sola]

Mi historia también empezó con una vidente y el miedo a un supuesto “mal de ojo”. Ella me dijo que la única forma de librarme era con rituales que requerían materiales caros y oraciones especiales. Cada vez pedía más dinero, diciendo que sin ello, el mal no desaparecería. Gasté mucho dinero y, cuando quise parar, me aseguró que estaba en riesgo. Me hizo sentir atrapada. Finalmente me di cuenta de la estafa, pero no fue fácil salir de ese engaño tan profundo.

[Elena Ayuso]

Lo mío fue similar. La vidente me aseguró que mis hijos estaban en peligro y que la única forma de protegerlos era con sus rituales. Me daba tanto miedo que algo les pasara que gasté hasta el último centavo para asegurarme de que estaban “protegidos”. Al final, le entregué más de 100.000 euros. Ahora veo que todo era una manipulación cruel. Usó mi amor como madre para sacar provecho de mí.

[Autor]

Entradas