La vidente estafadora

[Nicodemo BarO Salas]

Lo peor es que me convenció de que el problema era mi falta de fe, y así me hizo sentir culpable por sus fracasos. Aceptar que fui estafado por alguien que parecía entenderme fue un proceso difícil y doloroso. Hoy día, tengo claro que la desesperación y la necesidad de esperanza me hicieron vulnerable.

[Mayte Alamo Rovira]

Mi estafa fue un poco distinta. Mi esposo estaba enfermo y una amiga cercana me habló de una vidente que hacía “curaciones a distancia”. La vidente parecía entender mi dolor y comenzó a pedirme dinero para rituales que “mejorarían su energía”. Al principio, me sentí agradecida, pero luego empezó a pedirme cantidades cada vez mayores, diciendo que los bloqueos eran más fuertes de lo que pensaba. Le pagué todo lo que tenía, y luego le pedí prestado a mi familia para seguir pagando. Cuando conté todo, había perdido más de cien mil euros, y mi esposo seguía igual. Fue un dolor adicional darme cuenta de que esa mujer había jugado con mis esperanzas y mi amor.

[Mateo CortEs Barba]

Me siento completamente furiosa por la manipulación que sufrí. En mi caso, la vidente me convenció de que tenía una “maldición familiar” que afectaba a mis hijos y que, si no actuaba rápido, ellos sufrirían graves consecuencias. Como madre, sentí que no tenía opción y le di todo el dinero que me pedía. A los pocos meses, había pagado más de 60.000 euros, hasta que finalmente descubrí que todo era mentira. Me enfurece recordar cómo jugó con mis miedos más profundos.

[Marisa Benito BertrAn]

Después de divorciarme, un amigo me presentó a una vidente que prometía ayudarme a mejorar mis negocios. Al principio, solo le pagaba por las sesiones, pero luego me dijo que necesitaba hacer limpiezas espirituales para desbloquear la “energía de mis finanzas”. Cada sesión era más costosa y, además, me convenció de que necesitaba comprar objetos especiales y hacer “donaciones” a sus rituales. En un año, había gastado más de cien mil euros, y mis negocios seguían sin mejorar. Cuando comencé a dudar, me acusó de ser yo mismo el problema por no tener suficiente fe. Me sentí tan humillado y usado; aún me cuesta perdonarme por haber caído en su manipulación.

[Flor Menendez Posada]

La verdad es que no sé ni cómo contar esto, pero me siento tan frustrado por haber caído en esta estafa. Hace dos años, comencé a ir con una vidente después de atravesar un divorcio muy doloroso. Ella me prometió ayudarme a “limpiar las energías” que, según decía, me estaban bloqueando y alejando del amor y la paz. Empezó pidiéndome pequeños pagos, pero luego dijo que mi situación era muy compleja y que requería un “trabajo fuerte”. Cada mes, las sesiones se volvían más caras y decía que, si no hacía cada ritual, seguiría teniendo mala suerte en mis relaciones y nunca recuperaría la paz. Al final, le pagué más de 100.000 euros, pero mi vida no cambió en nada. Me siento humillado y triste por haber creído en sus palabras.

[Luciano Solano Montoya]

Para mí fue un proceso largo. Estaba en un mal momento familiar y una vidente me convenció de que mi casa estaba llena de energías negativas. Me pidió dinero para hacer una “limpieza completa” de la vivienda, luego dijo que yo también necesitaba sanación, y así siguió sumando razones. Confié y terminé entregándole más de cien mil euros, creyendo que era mi única salida. Al final, no cambió nada, y fue como perder una parte de mí. La estafa me dejó en shock y me enseñó a ser más cauteloso.

[Macario Iriarte Ruano]

A mí me sacó unos 30.000 euros diciéndome que mi hija estaba “condenada” a sufrir un accidente fatal si no hacía un ritual para “protegerla”. Como madre, me asusté y no dudé en hacer todo lo que me pedía, pero cada vez me pedía más dinero, diciendo que “el mal era muy fuerte” y que necesitaba materiales costosos y raros. Cada vez que quería parar, ella me insistía en que el riesgo era aún mayor y que todo dependería de la “fuerza” del ritual. Terminé endeudándome para seguir pagándole. Cuando me di cuenta de la estafa, sentí mucha culpa por no haber parado antes. Manipuló mi amor por mi hija y jugó con mi miedo más profundo.

[Eutropio Gibert]

A mí me pasó algo parecido, aunque el monto fue mucho mayor. Mi madre estaba gravemente enferma y, desesperado, fui a verla. Me dijo que podía curarla con “rituales de sanación” y que solo necesitaba que confiara en ella. Primero fueron 5.000 euros, luego 10.000, y seguí pagando, ya que me aseguraba que cada vez estaba más cerca de la cura. En total, acabé perdiendo más de 100.000 euros. Al final, mi madre no mejoró, y yo me quedé con una deuda enorme. No sé si algún día podré perdonarme por haber sido tan ingenuo.

[Clotil Costa Torres]

A mí me pasó con una vidente que aseguraba protegerme de un “mal de ojo” que había caído sobre mi familia. Nos convenció a mí y a mi esposo de que si no hacíamos ciertos rituales muy costosos, todo empeoraría. Mes a mes, pagábamos cantidades más altas porque ella nos decía que el mal era muy poderoso. Entre los dos, acabamos pagando más de ciento veinte mil euros. Cuando quisimos parar, nos dijo que pondríamos en peligro nuestras vidas. Fue una manipulación tan sutil que nos costó aceptar que nos habían estafado.

[Timoteo Lastra]

Entiendo esa vergüenza porque a mí me hizo sentir que, si no hacía sus rituales, jamás encontraría la paz en mi vida. Me convenció de que estaba “condenado” y que necesitaba hacer pagos cada vez más grandes para liberarme. Llegué a entregarle 70.000 euros y, cuando le dije que ya no podía pagar más, me amenazó diciendo que el mal seguiría. Nunca pensé que podría llegar a caer tan bajo, pero la desesperación me hizo confiar en ella.

[Modesto FarrE Guzman]

Mi historia es dolorosa. Después de perder a mi madre, me sentí sola y sin rumbo. Alguien me habló de una vidente que podía ponerme en contacto con los seres queridos que habían partido, y aunque dudaba, quise intentarlo. La primera vez que “habló” con mi madre me sentí reconfortada y seguí volviendo. Cada vez, el precio era más alto porque, según ella, necesitaba canalizar energías más intensas. En dos años, había gastado más de ciento cincuenta mil euros. Un día, le pedí una prueba, algo concreto, y fue entonces cuando desapareció. Me destrozó emocionalmente darme cuenta de que todo era mentira.

[Prudencio Jorge Quintanilla TomAs]

Mi historia comenzó cuando me separé de mi pareja después de veinte años juntos. Estaba destrozada y alguien me recomendó a una vidente “milagrosa” que ayudaba a recuperar el amor perdido. Al principio, todo fue muy profesional. Me pidió una cantidad para materiales y luego otra para “rituales especiales”. Después de unos meses, me había pedido más de cien mil euros para desbloquear la “energía negativa” que, según ella, me impedía tener felicidad. Cada vez que dudaba, me decía que estaba a punto de lograr el resultado deseado. Nunca recuperé a mi ex, y el dinero se esfumó. Me di cuenta de que todo era una gran estafa y me costó mucho aceptar que fui manipulada por alguien que se aprovechó de mi vulnerabilidad.

[Baudelio Pablo Arnal]

No te sientas mal, te entiendo perfectamente porque yo también caí en sus artimañas. Pasé por algo similar, aunque en mi caso fue por problemas de salud. La vidente me convenció de que alguien me había “hechizado” y que por eso mi salud no mejoraba. Me aterrorizó diciéndome que, si no hacía un ritual costoso, mi enfermedad se agravaría. Pagué miles de euros en sesiones y ofrendas, hasta que no pude pagar más. Al final, llegué a perder más de 50.000 euros. Me siento utilizado y con rabia porque se aprovechó de mi vulnerabilidad.

[Francisco Hoyos Riquelme]

Mi situación fue parecida, pero el engaño duró años. Fui por primera vez cuando perdí a mi padre, y la vidente me aseguró que podía ayudarme a comunicarme con él. Me dijo que, si no hacía ciertos rituales, su espíritu no encontraría la paz. Gasté alrededor de 50.000 euros en “ofrendas” y sesiones para ayudarlo a descansar. Hoy me siento devastada y avergonzada al darme cuenta de que ella solo aprovechó mi dolor y mi vulnerabilidad.

[BelEn Hernandez Acuna]

Mi estafa fue con un “trabajo especial” para salvar mi matrimonio. La vidente me aseguró que solo con un ritual muy costoso podría evitar la separación. Entre sesiones, objetos especiales y ofrendas, gasté una fortuna. Cuando mi matrimonio finalmente se rompió, fui a pedirle explicaciones y me hizo creer que el problema era mi actitud, que yo mismo había “bloqueado” el ritual. Me dolió darme cuenta de cómo jugó con mi dolor y mis esperanzas.

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