Hay muchos tipos de acoso

[Anuel DD]

Una vez tuve un compañero de trabajo que era pasivo agresivo y en su tontería no dejaba de maltratarme psicológicamente hasta que acabe de baja y la empresa me terminó echando lamentablemente esta persona con su cara de mosquita muerta sigue haciendo daño a otros con su comportamiento de victimismo falso y luego esto termina siendo una manera de acoso

[Dora Laguna]

Sufrí acoso por parte de un vecino que tocaba a mi puerta constantemente y dejaba notas incómodas. Lo reporté, pero las autoridades minimizaron la situación. Fue una experiencia aterradora y me sentí impotente por la falta de acción. El acoso se detuvo solo cuando me mudé de lugar.

[Ana SofIa YAnez Cobos]

Mi antiguo jefe me gritaba y humillaba delante de los demás, especialmente si le llevaba la contraria en algo. Era una situación de acoso laboral constante que me llevó a sentirme ansiosa cada vez que tenía que ir a trabajar. Finalmente, decidí dejar ese lugar para protegerme.

[Amado Penas Asenjo]

Sufrí acoso en la universidad por parte de un grupo que hacía comentarios sexistas y humillantes cada vez que participaba en clase. La falta de apoyo por parte de los profesores me hizo sentir desprotegida. A pesar de todo, decidí seguir adelante, pero fue una etapa muy difícil.

[Buenaventura Cisneros]

En la escuela, mis compañeros me insultaban y se burlaban de mí por mi manera de vestir. Fue acoso constante que afectó mi autoestima y ganas de asistir a clases. Los profesores sabían lo que pasaba, pero solo lo ignoraban. Años después, aún siento el impacto de esas experiencias.

[Modesto AndrEs Mercader]

En la universidad, un profesor me ofreció mejorar mis notas si aceptaba salir con él. Me negué y desde entonces me trató con desdén, reduciendo mi participación en clase y calificando con severidad. Fue un claro abuso de poder y acoso que me dejó una experiencia amarga y frustrante.

[Eleuterio Tapia MartI]

En la oficina, un compañero mayor solía hacerme comentarios que me hacían sentir incómoda y hasta llegó a tocarme el hombro de forma inapropiada. Cuando me quejé, mi superior restó importancia al asunto y dijo que exageraba. Sentí impotencia al no recibir apoyo en un caso de acoso evidente.

[Salvador Fabra Manzano]

En mi trabajo, mi jefe constantemente hacía comentarios inapropiados y sugerencias incómodas. Intenté ignorarlo, pero se volvió insistente. Cuando lo rechacé, comenzaron los cambios en mi horario y las críticas injustificadas. Fue una situación de acoso laboral que me hizo sentir insegura y finalmente decidí renunciar para protegerme.

[Xiomara DomInguez]

En la universidad, un profesor solía hacer comentarios sobre mis notas y sugirió que podríamos «llegar a un acuerdo» si no lograba aprobar. Me sentí acorralada y busqué apoyo en la administración, pero no tomaron medidas concretas. El abuso de poder me dejó marcada y fue muy desalentador.

[Graciela Vinas]

Tuve un compañero de trabajo que se acercaba demasiado y hacía comentarios inadecuados. Al rechazar sus avances, empezó a difundir rumores y a sabotear mi trabajo. La empresa no tomó acciones y el acoso hizo que decidiera renunciar. Fue una experiencia que dañó mi confianza por un tiempo.

[Felix Baquero Rios]

En el colegio, un profesor solía hacer comentarios despectivos sobre mi peso y apariencia. Me afectaba mucho, pero nadie parecía prestarle atención. Años después, me di cuenta de que fui víctima de acoso escolar y abuso de autoridad. Fue difícil sanar las inseguridades que crecieron durante esa etapa.

[Bienvenida Querol]

Sufrí acoso por parte de un compañero de trabajo que se volvía insistente en querer salir conmigo. Sus rechazos no lo detenían y llegó a seguirme fuera de la oficina. Al reportarlo, mi jefe no hizo nada. Fue un acoso que me obligó a renunciar para estar a salvo.

[Tono Saez Jerez]

En la secundaria, un grupo de estudiantes me hacía bullying constante. Desde comentarios hirientes hasta humillaciones frente a todos. Lo reporté a los profesores, pero decían que eran cosas de niños. El acoso escolar me dejó cicatrices que, aunque sanaron, me marcaron para siempre.

[MarIa Dolores FAtima Cardona Reyes]

Tuve un jefe que usaba su poder para hacer comentarios sobre mi vida personal y exigir cosas fuera de mi horario laboral. Sentía miedo de perder mi trabajo y soporté el acoso por meses. Al final, decidí buscar ayuda legal y logré que se investigara su conducta inapropiada.

[Custodia Emma ChacOn Paredes]

Cuando comencé un nuevo empleo, un compañero insistía en salir conmigo y no aceptaba un no por respuesta. Las miradas y comentarios incómodos se hicieron parte de mi día. Lo reporté al área de recursos humanos, pero tardaron en actuar y el acoso afectó mi rendimiento y bienestar emocional.

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