Curso presencial de desarrollo p personal basado en la estafa

[Penelope P]

Tomás asistió a un evento presencial de una supuesta organización de desarrollo personal Le pidieron un pago de inscripción y luego otros adicionales para cursos avanzados que prometían una transformación total Sin embargo después del evento los organizadores desaparecieron sin dejar rastro y Tomás se quedó sin el dinero

[BrIgida Bravo]

Quise asistir a un curso de autoestima y al final me sentí manipulado. Todo el curso estaba lleno de frases motivacionales y después querían vendernos productos adicionales. Nos hicieron sentir que sin esos materiales no lograríamos avanzar. Fue una experiencia negativa y un gasto inútil de dinero. Ahora busco programas en instituciones con reputación.

[Benito Canas Gomez]

Un amigo me recomendó un curso de crecimiento personal que supuestamente le ayudó mucho. Durante las primeras dos horas, parecía bien estructurado, pero después, el instructor se dedicó a promocionar sus propios productos y servicios. Cada consejo iba acompañado de un libro o un curso extra que “complementaba” lo que estábamos viendo. Fue una pérdida de dinero y un claro intento de estafa. Ahora busco siempre opiniones de otros alumnos antes de inscribirme.

[Dimas Bolanos Palomo]

Pensé que un curso de inteligencia emocional me ayudaría a mejorar en el trabajo, pero solo nos dieron conceptos generales y luego intentaron vendernos asesorías privadas. Fue decepcionante y sentí que solo querían sacar más dinero. Recomiendo evitar cursos que dedican más tiempo a vender que a enseñar.

[Amor Amanda Gomila Pablo]

Fui a un curso de desarrollo personal pensando que me ayudaría a encontrar un propósito de vida. Durante los primeros momentos fue inspirador, pero luego comenzó una venta agresiva de programas avanzados y productos de “seguimiento”. Nos decían que quienes realmente quisieran cambiar sus vidas debían invertir más. Fue un engaño y no aprendí nada valioso. Aprendí a desconfiar de cursos que piden más dinero constantemente.

[Ainoa Morell Zamora]

Me apunté a un curso de autoestima y esperaba aprender herramientas para mejorar. Sin embargo, solo nos ofrecieron frases motivacionales y, luego, pasaron la mayor parte del tiempo vendiéndonos otros cursos. Fue muy decepcionante, ya que el objetivo real era vender. Para evitar caer en estos engaños, recomiendo buscar programas en instituciones reconocidas.

[Araceli Leire Tena Acero]

Un curso de técnicas de productividad parecía ideal para mí, pero resultó ser una venta encubierta de otros productos. Cada módulo terminaba en una promoción para un libro o un curso avanzado. Al final, sentí que no aprendí nada práctico y que solo querían seguir vendiéndome más cosas. Fue una estafa bien disfrazada.

[CAndido Sosa Guardiola]

Una vez asistí a un curso presencial sobre cómo alcanzar metas personales, y parecía muy prometedor. Sin embargo, a mitad de la sesión, el instructor comenzó a hablar de productos “esenciales” para lograr nuestras metas. Al final, la clase se centró en vendernos paquetes de productos en lugar de darnos estrategias reales. Me fui con la sensación de haber sido estafado y sin aprender nada útil.

[WAlter Teruel Campos]

Un curso de autoestima me parecía perfecto para mejorar mi confianza, pero solo ofrecieron conceptos básicos y luego intentaron vendernos más cursos “avanzados”. Nos hicieron sentir que sin esos extras no progresaríamos. Fue decepcionante y no obtuve nada concreto. Aprendí a investigar los cursos y a desconfiar de los que dedican más tiempo a vender que a enseñar.

[Marcio VAzquez]

Pensé que un curso de habilidades de liderazgo me ayudaría a mejorar en mi trabajo, pero fue una gran estafa. Todo el contenido era básico y cada módulo terminaba en la promoción de algún otro producto o servicio. Salí con la sensación de que solo querían vendernos más cosas en lugar de enseñarnos algo valioso.

[Calixta BenItez]

Asistí a un curso de desarrollo personal que prometía transformar mi vida y ayudarme a descubrir mi propósito. Al principio, todo parecía increíble, con testimonios de personas que afirmaban haber cambiado sus vidas. Sin embargo, después de unas horas, comenzaron a presionarnos para comprar otros programas “avanzados” mucho más costosos. Nos decían que, sin ellos, nunca alcanzaríamos nuestro verdadero potencial. Fue muy decepcionante darme cuenta de que solo estaban interesados en vendernos más productos, no en enseñarnos realmente.

[Cristina Garmendia Zabala]

Pensé que un curso de mindfulness me ayudaría a manejar el estrés, pero en realidad fue un intento de venta disfrazado de curso. Nos daban ejercicios simples, pero luego nos decían que para avanzar realmente necesitábamos adquirir materiales adicionales. Al final, no recibí ninguna guía real sobre mindfulness y solo querían vender más.

[Severino Diaz]

Asistí a un taller de desarrollo de habilidades personales que terminó siendo una estafa. Nos ofrecieron muchas promesas al inicio, pero rápidamente el curso se centró en la venta de libros y sesiones privadas. No aprendí nada concreto y solo sentí que estaban ahí para aprovecharse de la gente en busca de superación personal.

[Rafa Lluch]

Pensé que asistir a un curso de finanzas personales me ayudaría a mejorar mi situación económica, pero todo fue un engaño. El instructor hablaba mucho sobre cómo ser exitoso, pero no ofrecía estrategias concretas. Al final del primer día, nos recomendó fuertemente comprar un paquete de materiales que, según él, eran indispensables para el éxito. Fue una gran pérdida de dinero y tiempo.

[Lupe Lago Iniguez]

Pensé que un curso de técnicas de ventas me ayudaría a mejorar en mi trabajo, pero fue solo una venta encubierta de servicios de coaching adicionales. Cada consejo iba acompañado de una oferta para comprar más materiales. Fue decepcionante y una gran pérdida de dinero. Ahora me aseguro de investigar a fondo antes de inscribirme en este tipo de cursos.

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